Lavar la mascarilla higiénica.

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¿De verdad creen que lavamos la ropa a 90º?

Lavar la mascarilla no debería ser una odisea.

No sé porqué no se ha dicho nada, pero no conozco a nadie que cueza su ropa.

¿Tienes dudas de cómo lavar tu mascarilla? ¿Te parece un engorro lavarla? En este artículo os hago un breve repaso práctico de cómo lavar la mascarilla higiénica.

Se acerca el nuevo curso, se aleja el verano y con el tiempo la obligatoriedad de las mascarillas se afianza. Incluso su obligatoriedad la va empujando a convertirse en un artículo de moda. Es lógico, ya que se hace dueña de la mitad de nuestra estampa. 

Salvo que la situación indique lo contrario, la mascarilla higiénica de tela se ha convertido en vestimenta imprescindible de todos y todas. Es más estética, lavable e incluso puede ser más agradable, pero no deja de ser un elemento de protección. No está considerado como sanitario, pero se debe manejar bajo unas pautas o normas.

El uso habitual de las mascarillas nos protege, pero si no se siguen unas pautas, ellas mismas pueden ser un foco de contagio. Hay que lavarlas habitualmente y bien, para que no sean ellas mismas las que nos contagien. Al retirarla de la cara una mascarilla puede ser un elemento peligroso.

Como lavar la mascarilla

Para aclarar esta faceta habitual, qué mejor que analizar lo que nos indica el Ministerio de Sanidad en su web. Si lo hacéis, l@s que os manejáis con las tareas diarias de casas seguramente os tiréis de los pelos. La primera opción es una maravilla: lavar la prenda a una temperatura de entre 60 y 90 grados. En mi posición de droguero me sale de inmediato la coletilla reflejo “si la prenda lo admite”. Pocas son las prendas de casa que admiten eso. Y llenar una lavadora diaria de mascarillas tampoco puede ser algo muy habitual en la mayoría de los domicilios. De hecho, he vendido y vendo diferentes tipos de mascarillas lavables en mi tienda física, pero solo una que soporte los 60 grados. 

Miremos la segunda indicación, que reza lo siguiente: “Sumergir las mascarillas en una dilución de lejía 1:50 con agua tibia durante 30 minutos. Después lavar con agua y jabón y aclarar bien para eliminar cualquier resto de lejía y dejar secar. “ Vale, parece viable, pero de nuevo entramos en prácticas delicadas y que requieren una buena y paciente mano. La lejía hay que usarla con ojo y el proceso es un tanto delicado. 

La opción viable

Desde mi experiencia de quien trabaja y cuida de los niños, hay que agradecer el que hayan indicado una tercera opción. Se trata básicamente de impregnar las mascarillas a lavar con un desinfectante de ambiente como los que os indiqué anteriormente y al de un tiempo, según indicaciones del fabricante, lavar y aclarar con jabón. Sin duda esta es mi opción. Y creo que debería de ser la de la mayoría. ¿En que se traduce el trámite? Al momento de lavar la mascarilla, poco antes de poner la colada diaria, impregnar bien con el desinfectante antivírico que tengáis en casa. Y luego lavar todo con la colada. A todo esto yo le añado un extra que ya os comentaré otro día y viene muy bien. Y Santas Pascuas.

Lavar el filtro.

No puedo dejar de comentar el tema de lavar los filtros. Es sabido que hay muchos tipos de mascarillas higiénicas y en principio todas valen. Eso si, siempre que cumplan la normativa UNE 0065 específicamente creada para la situación. Sin embargo hay en el mercado variedad de oferta y algunas vienen con el deseado filtro. Me refiero al filtro de carbono activo. Podría parecer toda una ventaja añadida a la limitada protección de las mascarillas higiénicas.

Mi experiencia es que un atractivo de compra en algunas clientas. Yo mismo las he vendido. La verdad es que para una mayor protección están las mascarillas quirurgicas o superiores. Por lo general los filtros son desechables, hay que comprar un surtido de recambios y si os fijáis, no es tán fácil ajustar bien un filtro en una bolsita de tela. Como remate, tan solo os cubrirá una parte de lo que es la mascarilla. Así que como mucho, tendréis una mayor protección en un parte de la mascarilla.

Espero que este artículo os haya ayudado a pensar en la problemática y optimizar vuestra tareas diaría de protección. Ante todo, recordaros que las autoridades sanitarias son la única referencia y desde aquí simplemente busco lanzar el debate en el salto al día a día. Espero ansioso vuestros comentarios.